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EL REY Y LA PAZ


EL REY Y LA PAZ

Por Aurelio Nicolella

Había una vez un rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas intentaron, de todas las que se presentaron el rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubieron dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.
La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre estas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos quienes miraron esta pintura pensaron que esta reflejaba la paz perfecta.
Pero la segunda pintura también tenia montañas. Pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba para nada pacifico.
Pero cuando el rey observo cuidadosamente, el miro tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio de del rugir del la violenta caída de agua, estaba sentado placidamente un pajarito en el medio de su nido.
El rey escogió la segunda. ¿Sabes porque?, la corte quedo intrigada por la elección del soberano y es así que el edecán le pregunto ¿Porque su Eminencia, había elegida la segunda pintura?
El rey le dijo "Porque, la paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la paz."
Sabes, a veces nosotros los cristianos creemos que por estar en comunión con Cristo debemos olvidarnos de que estamos en un mundo imperfecto, lleno de violencia, odio, temor, desidia.
Como que tenemos que olvidarnos de nuestro alrededor. Pero no es así, amiga, amigo, es precisamente allí donde Dios quiere que estemos entre medio de ese universo escabroso, para decir y que nos oigan que somos la esperanza, que a través de nuestra paz interior, que nos la da Cristo, podamos en un mundo perdido que va a la deriva llevar ese mensaje de paz y amor.
El apóstol Pablo escribía a los cristianos de Efeso: "Porque Él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de Él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre". (Efesios 2:14-18).
Efeso, era una ciudad muy importante, centro religioso, cultural y comercial de su época, seguramente la iglesia cristiana establecida en tiempos de Pablo, debería estar pasando por una crisis de inquietud y diferencias de entre ellos, por eso en las epístolas de Efesio, podemos apreciar como el apóstol los llama a estar tranquilos porque la paz que Cristo da lo puede todo.
Hermana, hermano, ¿y ustedes?, ya tiene esa paz espiritual de Cristo, espero que sí, que la tengas y si te falta la encuentres en Jesús, el único que la da, pidiendo nada a cambio, solo tu fe.

1 comentario:

  1. Claudia Marcela Viñas15 de febrero de 2010, 18:46

    Considero que lo expresado por Aurelio Nicolella, es realmente cierto, de que sirve si todo se da en la vida, sin tener obstacúlos, la verdad es poder saltar los mismos con paz interior, ya que de esa manera todo lo tempestuoso será mas facil sobrellevarlo, porque con paz interior uno puede ver mejor las cosas y tomar las decisiones mas grandes en la vida y llevarlas a cabo, sin dañar al progimo.

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