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UN MANDAMIENTO NUEVO


UN MANDAMIENTO NUEVO

Aurelio Nicolella

Corría el año 1906, el tren se detuvo en la estación de Durban en la República de Sudáfrica, desde una de las ventanillas mirando hacia el andén se encontraba sentado Mahatma Gandhi, siempre llevaba un ejemplar de la Biblia y se cuenta que era asiduo lector de los Evangelios, admiraba a Jesús y su mensaje, pero en ese instante pudo comprobar en persona como se comportaban los que se dicen ser cristianos. Un par de policías ferroviarios, blancos ellos, golpeaban brutalmente a un hombre de color, ya que este equivocadamente pretendió osar subir al vagón del tren exclusivamente reservado para los blancos, Gandhi, que era abogado, salio en defensa de aquel pobre hombre, en ese mismo instante, pregunto a los hombres de la ley, si ellos eran cristianos, todos contestaron que si, entonces el Mahatma Gandhi, le refuto, como pueden hacer eso si su maestro les ha dicho que deben amar a su prójimo. No hubo respuesta, pero para Gandhi ese día le dejo un sabor amargo, dicen que llego a decir que el Evangelio no era vivido por los cristianos como para merecer las gracias que allí se
pregonaban.
Gandhi regreso luego de años a la India y comenzó su desobediencia civil contra las autoridades coloniales inglesas, que dio como resultado la independencia de la India.
Ahora, nos queda una reflexión, que hubiera sucedió, amiga y amigo si esos cristianos hubieran seguido la palabra de Dios, si hubiesen comprendido lo que Gandhi les decía, que hubiese sido si Gandhi hubiera visto una Sudáfrica llenos de verdaderos valores cristianos de fe y corazón, no de palabras y almas huecas, si yo también lo pienso, hoy la India, ese gran subcontinente, hubiese podido ser un poca más cristiana y no ser un remoto país donde los misioneros cristianos tienen tanto trabajo por hacer, llegando incluso a veces a ser perseguidos por llevar la palabra de Dios. Cuantos hindúes habrían conocido la palabra salvadora y santificante de nuestro Cristo Redentor.
Si tomáramos conciencia que cuando nos decimos cristianos, somos portadores de ejemplo de vida, que nuestra conducta, ternura, comprensión, desinterés a lo material puede servir de modelo a mi prójimo, a ese prójimo necesitado.
No olvidemos que Jesús nos dio un nuevo mandamiento, mandamiento este que resume todo una concepción de vida: "Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. (Juan 13:34-35).
Cumpliendo este mandamiento de Jesús, el mundo conocerá que somos sus discípulos y eso nos hace realmente comprender que estamos colaborando con la gran obra de Dios para el mundo.

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