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LA VIDA, UN REGALO DE DIOS

Por Aurelio Nicolella

Los titulares de los diarios de la ciudad argentina de Rosario decían esa mañana "Que un joven fanático se quitó la vida al resultarle intolerable el descenso de su equipo a la segunda división del fútbol argentino, luego de 23 años en la máxima categoría.
Juan Pablo Dandreta, deprimido porque su equipo de futbol Rosario Central, había descendido a una división inferior del campeonato argentino de futbol, tomo la drástica actitud de suicidarse.
La pregunta no se hizo esperar y pronto todos se preguntaban ¿Que lleva a que un joven, llegue a quitarse la vida?.
La respuesta es una sola, un vacío espiritual muy grande, tan grande que lleva a que haya falta de amor, comprensión, paz, felicidad.
No con poca razón se ha dicho que en los tiempos en que vivimos ese gran vacío espiritual hace que busquemos llenarlo, con la ambición que da lo material como el dinero, o el placer del sexo o otras cosas mundanas, que lo único que traen a nuestro corazón una felicidad hueca, logrando para el hombre en su corazón solo momentos ínfimos y pasajeros, para luego volver otra vez al punto de partida y a esa sensación de vacío sin sentido.
No se ataca la raíz de la cuestión, que es esa gran falta de amor divino y de humildad que debe tener todo ser humano ante su creador.
El sociólogo francés Émile Durkheim en su obra "El suicidio" de 1897, señala que los suicidios "...son fenómenos individuales que responden esencialmente a causas sociales.
Las sociedades presentan ciertos síntomas patológicos, ante todo la integración o regulación social ya sea excesiva o insuficiente del individuo en la colectividad. Por tanto el suicidio sería un hecho social...", es por ello que no llama la atención que en nuestro tiempo en donde se vive a una velocidad sideral, en donde no hay tiempo para analizar, comprender o disfrutar lo que hace un instante hemos vivido, lleguemos a vivir aislar de nosotros mismos.
Hermana, hermano nuestra vida merece ser vivida, ella es un don que Dios nos dio, que nos regalo, nos la dio para que la disfrutemos, para que la gocemos.
Debemos saber que nuestra vida terrenal es una gran camino que debemos recorrer, yendo siempre por la senda de Nuestro Señor Jesús, porque él es el camino.
Dios es quien va decidir cuándo y como vamos a morir, como Dios decidió como íbamos a nacer. Tomar nuestro regalo divino, la vida, para ponerle fin en nuestras manos, es una blasfemia hacia nuestro creador.
Entonces ¡Nada puede separar a un cristiano del amor de Dios!, Pablo nos dice que: "Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor Nuestro" (Romanos 8:38-39).
Amigo, de acuerdo a la palabra de Dios, el suicidio es asesinato, y esto siempre está mal. Busquemos el refugio de Dios cuando en nuestras mentes imperfectas pensamos estar vacíos espiritualmente, Jesús es capaz ciertamente de llenártela de gozo, amor, paz y felicidad.

2 comentarios:

  1. Gracias a Dios nosotros no tenemos ese vacío.

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  2. Roberto (Barrio Parque SARANDI)1 de noviembre de 2011, 15:43

    Me parece, que se quito la vida, tan solo, por que estaba "ENFERMO"; Por que si no fuera así, todos los "SUICIDAS", se habrían matado, por un "VACIÓ ESPIRITUAL", y la "DEPRECION", la ESQUIZOFRENIA", el "PÁNICO",etc., "NO" serian "ENFERMEDADES", pasarían a ser: "PROBLEMAS ESPIRITUALES".....

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